Reflexión sobre la Parábola del Vientre Materno
En el vientre de una madre había dos bebés. El resto te lo cuento por dentro...
Te tengo una historia que se desarrolla en el vientre de una madre.
En donde dos bebés tienen una conversación sobre lo que podría existir
más allá del parto. A medida que leas esta historia, te invito a pensar en
sus profundas implicaciones y su moraleja.
En el vientre de una madre había dos bebés.
Uno le preguntó al otro:
- ¿Crees en la vida después del parto?
El otro respondió:
- Por supuesto. Tiene que haber algo después del parto. Tal vez estamos aquí para prepararnos para lo que viene después.
- Mentira, dijo el primero.
- ¿Qué clase de vida sería esta?
el segundo dijo:
- No lo sé, pero habrá más luz que aquí. Tal vez podamos caminar sobre nuestras propias piernas y comer con nuestras bocas. Tal vez tengamos otros significados que no podemos entender ahora.
El primero dijo:
Esto es absurdo. El cordón umbilical nos proporciona nutrición y todo lo demás que necesitamos. El cordón umbilical es demasiado corto. La vida después del parto está fuera de discución.
El segundo insistió:
- Bueno, creo que hay algo y tal vez es diferente a lo que hay aquí. Tal vez ya no necesitemos este tubo físico.
El primero respondió:
- Mentira, y además, si realmente hay vida después del parto, entonces ¿por qué nadie volvió de allí?
- Pues no se dijo el segundo pero seguro encontraremos a mamá y ella nos cuidará.
El primero en responder:
- ¿Mami? ¿Realmente crees en mamá? Esto es ridículo. Si mamá existe, entonces ¿dónde está ahora?
el segundo dijo:
Ella está a nuestro alrededor. Estamos rodeados de ella. Somos de ella. Ella es donde vivimos sin ella este mundo no existiría ni podría existir.
Dijo el primero:
- Bueno, no puedo verla, así que tiene sentido que ella no exista.
A lo que el segundo respondió:
- A veces, cuando estás en silencio, si te concentras y realmente escuchas, podrás sentir su presencia y escuchar su amorosa voz.
Fin de la conversación…
La moraleja de esta historia es la importancia de mantener la fe y la esperanza en lo desconocido, incluso cuando no podemos verlo o comprenderlo completamente. A menudo, en la vida, nos enfrentamos a situaciones inciertas y desafiantes, pero creer en un futuro mejor y en la presencia amorosa que nos rodea puede brindarnos consuelo y fortaleza.